Adicción a la Psicoterapia…. ¡Un nuevo mito!
“La adicción a la Psicoterapia es una manera de sobrevivir al dolor, a la soledad, buscar intimidad y aceptación, atrapando a la persona en un proceso interminable y sin un sentido”.
La psicoterapia es una técnica científica, fundamentada en investigación clínica y basada en postulados teóricos de la psicología, y la psiquiatría, que tiene por objetivo el tratamiento o modificación de los problemas de conducta, de relaciones interpersonales y existenciales, así como favorecer el desarrollo del potencial humano estimulando un estilo de vida integral.
Existen muchos tipos de psicoterapia; de modalidad individual, familiar, de pareja, grupal, etc. Cada una de ellas puede tener una conceptualización psicodinamica, humanista – existencial, cognitivo – conductual, sistémica, transpersonal, etc. Y enfocarse a el trabajo corporal, a la sexualidad, al manejo de las emociones, a los conflictos interpersonales, a la calidad de la comunicación , al vació existencial, al tratamiento de las adiciones, a modificar los síntomas y la conducta disfuncional, otras favorecen la integración psicoespiritual, algunas mas el apoyo durante las enfermedades crónicas y las crisis normales del ciclo vital humano, también existen terapias para atender el estrés postraumático ante una catástrofe natural, y daños generados por el abuso físico, sexual y emocional. Ante esta gran variedad de enfoques y técnicas en psicoterapia es fácil perder el objetivo central y confundir el papel del terapeuta y lo que en realidad puede ofrecer en base a su entrenamiento, actitud, motivación y estructura de personalidad. Así mismo puede ser muy común ( mas no lo correcto) ofrecer una técnica psicoterapéutica como alternativa de solución a una persona cuando no es la adecuada para esa problemática particular, en la mayoría de los casos esto se debe a la falta de experiencia clínica y entrenamiento formal por parte de quien ofrece el servicio de psicoterapia.
En los países desarrollados la practica y el entrenamiento de la psicoterapia esta restringida a personas con un grado de maestría o doctorado en alguna de las profesiones relacionadas con la salud, y se seleccionan con un riguroso control y estándares de calidad por parte de las instituciones acreditadas, desgraciadamente en la región lagunera y muchos otros lugares de nuestro país han proliferado un montón de entrenamientos en psicoterapia sin ese sello de calidad y formalidad académica y ética. Como consecuencia la practica de la psicoterapia en nuestra región esta enfrentando un serio problema debido a que cada vez existen mas personas sin un entrenamiento adecuado ofreciendo un servicio altamente sofisticado sin los controles de calidad.
En este escenario podemos ubicar a una persona que sin entender todo este contexto busca ayuda y que su estructura de personalidad lo ha llevado a desarrollar conductas adictivas. La adicción es una manera de sobrevivir al dolor y la deprivación emocional por medio de conductas compulsivas y repetitivas. Estas conductas adormecen el dolor y el vació interior evitando el enfrentar el problema real. Generalmente haciendo a este problema original empeorar, creando más dolor y activando un círculo vicioso que se repite constantemente manteniendo atrapada a la persona en su adicción.
Casi cualquier cosa puede ser adictiva, entre muchas otras, la comida, el sexo, las drogas, las apuestas, la religión, el trabajo, el Internet, la violencia, y lo que nos ocupa la psicoterapia. Existen pacientes que acuden a procesos interminables de psicoterapia año tras año, remplazando un psicoterapeuta tras otro sin un espacio de elaboración e integración, algunos llevan varias terapias concurrentes al mismo tiempo en diferentes etapas del proceso cada una, de diferentes enfoques y modalidades, nunca están sin psicoterapia de algún tipo, aprenden mucho sobre la psicoterapia, pero con el objetivo de evitar el propósito central, ellos no tienen el deseo genuino y el compromiso de generar un cambio real . Son pacientes profesionales. En breve ellos utilizan la psicoterapia para defenderse contra el cambio. Los más trastornados fantasean o intentan convertirse en psicoterapeutas. Si tienen suerte serán rechazados por las Instituciones que ofrecen entrenamientos, si no probablemente se unirán a las filas de los terapeutas que están bien entrenados teóricamente, pero que posen actitudes distorsionadas, tendencia a intelectualizar, y que son incapaces de trabajar en el aquí y ahora, o utilizar la transferencia y la contra transferencia con fines funcionales y en beneficio real de su paciente.
Un terapeuta congruente es quien además de su entrenamiento formal lleva un estilo de vida funcional y su elección profesional esta basada en una vocación de genuino interés por la conducta humana y no por una situación de codependencia o fantasías de salvador, lo cual activaría una relación de dependencia entre el paciente y el psicoterapeuta, en la cual el crecimiento se estanca y lo mantiene atrapado por muchísimo tiempo en esta pseudo terapia.
Al elegir un psicoterapeuta deberíamos cerciorarnos de que su entrenamiento y estudios de postgrado provengan de una institución con reconocimiento oficial que certifique la validez y calidad de su entrenamiento. Buscar alguien con quien no tengamos ninguna relación personal o profesional para favorecer una atención neutral y sana, además esta persona nos debería de producir una sensación de seguridad y confianza al explicarnos sobre su forma de trabajar, antecedentes, preparación, filosofía sobre la terapia y el objetivo de la misma, su visión del mundo, valores, creencias, intereses, sobre todo claridad en los objetivos y metas a corto plazo, si no experimenta estos sentimientos con claridad no dude en retirarse de ahí. Recuerde que el objetivo central de estos procesos es mejorar su calidad de vida no crearle un problema mayor.