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¿Familiares Incómodos, Un Problema o Una Necesidad?

La conducta disfuncional de un delincuente no es solo una elección de un sistema familiar, también influyen los factores generados por el entorno económico y social además de las decisiones personales y circunstancias de quien actúa.

Es tentador buscar explicaciones contundentes y radicales para explicar la problemática que vivimos en la actualidad sobre el incremento de la conducta delictiva en muchos ámbitos de nuestra comunidad. Y para ello se cuestiona el papel que juega la familia en la génesis de esta situación. Así podríamos preguntarnos sobre ¿que impacto tiene en las familias tener un miembro delincuente? o ¿que ocurre en las familias donde alguno de sus miembros realiza actividades ilícitas y donde todos sus familiares se dan cuenta de alguna forma, sin embargo permanecen aparentemente negando que esto ocurra, o bien apoyan la conducta de este miembro?.


En la dinámica de las familias existen fuerzas que actúan para mantener el equilibrio del sistema y pueden ser de inclusión o de expulsión, es decir una tendencia a mantener a sus miembros dentro del núcleo familiar y evitar su independencia, la dinámica disfuncional los mantiene ligados al conflicto familiar y por lealtad no logran desprenderse y formar su propio espacio en otra familia. Un padre es un modelo de desarrollo para el hijo y la estructura de su personalidad se fortalecerá en base a la calidad de la interacción con el, por medio de esta dinámica se crean vínculos afectivos y lealtades.


Cuando el padre o la madre son acusados o sorprendidos cometiendo algún acto criminal, el impacto en los hijos dependerá de algunas variables, la edad, mientras menor es el hijo menos elementos de juicio moral se habrán desarrollado y mas dificultad tendrá para desidealizar a los padres y entender una realidad que cambiara la imagen y la interacción de ambos. En niños preadolescentes se activara un deterioro paulatino sobre la imagen ideal de sus padres y las presiones externas irán moldeando una realidad difícil de sostener. En muchos casos aparecerán síntomas de depresión y ansiedad, así como conductas imitativas de lo que observan o escuchan sobre sus padres que se reflejaran en sus juegos, fantasías y comportamiento escolar. Muchas veces cuando esto se conoce entre los compañeros podrá conducir a un rechazo o señalamiento lo que aumentara el sufrimiento de estos niños. En adolescentes surgirá una franca confrontación que muchas veces los lleva a evitar el contacto con los padres y una gran desilusión sobre su situación familiar.


Aparecerán fuerzas de expulsión para este padre y su presencia será cada vez menos necesaria. La situación familiar en estos adolescentes los orilla a buscar refugio en grupos de amigos o en una pareja que les ayude a salir de este sistema disfuncional del cual se avergüenzan. También podría suceder que las conductas delincuentes ayuden a preservar las necesidades materiales de ese núcleo familiar, ante esto la familia se hará solidaria con este padre por las ganancias secundarias que logra y tendremos frente a nosotros un familia que apoya la conducta delincuente notaremos la fragilidad y gran vulnerabilidad de una familia que para sostenerse requiere de uno de sus miembros asuma un rol negativo comprometiendo su sano desarrollo y estancando el ciclo vital de todos los involucrados en mantener esta situación disfuncional.