La manera en que vivimos y enfrentamos nuestras experiencias, tiene una influencia de aquello que vivimos de niños, y de la forma en que nuestros padres estuvieron presentes para ayudarnos en

determinados momentos. Es a través del trabajo con nuestro niño interno y sus heridas, cómo podemos ir sanando aquellas  áreas de nuestra vida en las que no entendemos porque no avanzamos o estamos limitados.

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La invitación que este diplomado hace a sus participantes a mediante el trabajo personal, implica encontrar, reconocer, tomar consciencia de estas heridas, para transformarlas y sanarlas. Para permitirle a nuestro niño interno liberarse y expresarse a través de técnicas de terapia centrada en el cuerpo y las artes expresivas.