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¿Quieres Sexo…?  Aprende a Pedirlo

En una pareja sana los roles son flexibles y ambos tienen la libertad de pedir o tomar la iniciativa cuando desean tener relaciones sexuales.

La conducta sexual en las parejas es escenario de múltiples conflictos cuando esta matizada por actitudes rígidas y mala información y grandes satisfacciones y posibilidad de crecimiento cuando encuentra un espacio de libertad y mutua aceptación.

En nuestra cultura y sociedad tradicional, se considera el rol masculino como el activo, dominante, poseedor del conocimiento y la experiencia, lo cual afortunadamente ha ido cambiando, cada vez existen mas estudios e investigaciones donde se ha desmitificado esta idea. El rol femenino se conceptualizaba como el pasivo, receptivo y complaciente de los deseos masculinos, donde no había espacio para los deseos o necesidades de la mujer, donde ellas deberían esperar a que su pareja tomara la iniciativa y ellas pasivamente “participaran en el acto sexual”, además el experimentar placer las denigraba a “el papel de mujeres malas”.

Muchas parejas inician pleitos interminables debido a su dificultad para expresar abiertamente sus necesidades sexuales. Ambos se involucran en juegos neuróticos y destructivos sobre quien debería de iniciar la actividad sexual, el primer acercamiento o la primera insinuación. En la mayoría de las parejas se mantiene un rol rígido e inflexible, además de insatisfactorio entre ambos y se deposita toda la responsabilidad en uno de ellos. Cuando esto ocurre y se etiquetan y en su esquema no puede integrarse otra imagen o actitud de su compañero, esto definitivamente acaba con la posibilidad de una participación mas activa de alguna de las partes, el pensar que la pareja pueda expresarse o ser diferente no forma parte de esa realidad, sin embargo subsiste en la fantasía y de aquí se desprende la necesidad inconsciente de buscar otras alternativas para la expresión de la sexualidad. Es mas difícil abrir estas fantasías y atreverse a realizarlas con la pareja, esto requiere madures, posibilidad de apertura y flexibilidad.

Cuando uno de ellos desea sexo y el otro “no adivina” las necesidades de su pareja y su conducta no va en la dirección esperada, empieza la acumulación de resentimientos y pensamientos irracionales sobre la relación de pareja, en un principio son pequeños y al pasar el tiempo se transforman en núcleos de malestar y alejamiento. En una persona con baja autoestima la sensación de rechazo, de no sentirse deseada por su pareja produce angustia y temor al abandono. Estos sentimientos favorecen la disminución del deseo sexual, e inhiben la excitación.

Las influencia socio-culturales y religiosas sobre todo cuando el comportamiento sexual se aprendió a través de la culpa y la información distorsionada particularmente sobre el papel de la mujer como la parte pasiva, esto ha generado en muchas de ellas una gran dificultad para expresarse abierta y espontáneamente y solicitar a su pareja lo que le agrada sexualmente o lo que desea en ese momento.

En los hombres estos aprendizajes distorsionados también han afectado profundamente la expresión afectiva y aumentado la falta de comunicación y sensibilidad hacia su pareja, provocando conductas que en lugar de facilitar un acercamiento activan un rechazo, disminuye el deseo sexual y la excitación en la pareja.

Cada persona desarrolla un lenguaje propio y significativo para referirse a sus deseos y conducta sexual, al iniciar la relación de pareja e ir abriendo el espacio para la sexualidad, cada uno compartirá ese mundo íntimo con el otro para formar un código sexual de pareja por medio del cual se comunicaran y activaran el afecto. El contexto en el que este código se despliega variara conforme la dinámica normal de la pareja se va presentando, en la fase de idealización cualquier palabra o actitud será mágica y activara un profundo deseo en ambos de estar juntos, en fases mas avanzadas estas mismas palabras o actitudes producirán enojo o malos entendidos, y la reacción no será la misma. Es importante que la pareja revise su modo de comunicar sus deseos y valorar si el impacto de sus palabras que utiliza en realidad excitan o no a su pareja.

El mejor y mas poderoso afrodisíaco que existe es la comunicación clara y directa entre la pareja. Cuando se pueden manifestar abiertamente lo que desean, fantasean o esperan. Tener la sensación y el conocimiento de ser deseado y solicitado para realizar alguna acción que estimule mas a la pareja produce un aumento en el deseo y la excitación sexual. Muchas frases al pasar los años pierden fuerza y salen de contexto, lo que se conserva integro cuando va acompañado de afecto y aceptación es la posibilidad de expresar lo que se desea y ser correspondido. La pareja sana se permite intercambiar los roles y pasar de una actitud pasiva a una activa sin temor al rechazo o a ser lastimados.

La mutua exploración a través de la sexualidad es un camino que al recorrerlo aumentara la intimidad y el amor maduro en la pareja.


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