¿Amistad o Conveniencia?
“La verdadera amistad es parte de un proceso de aceptación, donde el dar y recibir mantiene un balance que favorece el crecimiento y la libertad de los involucrados”
Es frecuente escuchar la frase: “Los amigos verdaderos se cuentan con los dedos de una mano, y muchas veces sobran dedos”. Existen muchos niveles de amistad y compromiso entre los seres humanos, así que a lo largo de nuestra vida vamos teniendo muchas experiencias y encuentros con personas que por las múltiples circunstancias vamos conociendo, algunas pasan desapercibidas y pronto se olvidan, otras se mantienen como recuerdos de momentos especiales y hay unos pocos que permanecen a lo largo de toda nuestra vida y llegan a formar parte importante en ella. De cada interacción con las personas que nos rodean aprendemos, recibimos y ofrecemos algunas veces apoyo, consuelo, compañía, comprensión, afecto, cosas materiales, oportunidades para lograr algo, consejos y amistad. Cada persona es diferente y al interactuar con otro la suma de ambas personalidades refleja una dinámica especial en afecto e intimidad lo que determina el nivel y la calidad del involucramiento que lograremos con cada persona, con cada encuentro. De aquí surge la diferencia entre una amistad verdadera y un compañero situacional que nos acompaña y que al paso del tiempo ante algún cambio o crisis nos deja o dejamos para seguir con nuestra vida. Los lazos de amistad son diversos algunos están motivados por necesidades inconscientes al igual que la elección de pareja, y la interacción está motivada por la búsqueda de satisfacción de necesidades afectivas no resueltas durante nuestra infancia y que esperamos cubrir rodeándonos de personas que reproducen aquellas experiencias tempranas no resueltas, por ejemplo si alguien perdió a su padre cuando era pequeño o adolescente buscara amistades mucho mayores para que lo aconsejen, lo apoyen o lo acompañen en momentos de soledad, casi como si buscaran a un substituto de la figura paterna perdida. Por supuesto que esta situación en personas funcionales y maduras puede dar origen a una verdadera amistad y construir unos lasos sólidos que acompañen a esta persona para toda su vida, sin embargo la motivación inconsciente al no ser resuelta cuestionara la amistad y muchas veces la llevara a límites que cuando la otra parte no acepta o no está listo para cubrir estas necesidades, generara conflicto y un debilitamiento del vinculo afectivo. La verdadera amistad podrá trascender esto, al igual que el amor de una pareja o el afecto incondicional de los padres, donde la necesidad del otro es aceptada como parte de la relación. Una amistad sostenida en estar cubriendo las necesidades del otro sin reciprocidad no es una amistad verdadera.
Existen muchas otras situaciones en las que la atracción entre las personas obedece a una búsqueda de satisfacer necesidades no resueltas como el ser escuchado, o compartir alguna experiencia familiar con personas que también experimentan algo parecido y la reunión se da para únicamente platicar sobre los problemas personales, casi sin escuchar realmente al otro, se busca construir un espacio para tener una catarsis y muchas veces no existe empatía por el otro que está escuchando, lo que motiva el encuentro es tener muchos problemas que desean contarle al supuesto amigo, mientras este tolera y escucha será amigo, cuando este rompa el silencio y también abra su problemática es casi seguro que la amistad se terminara..¡En esta situación la búsqueda continuara por otra persona que desee escuchar y no interrumpa, en esta condición será un amigo. Más no uno verdadero. Muchas personas provienen de familias disfuncionales donde existe violencia o abuso emocional y desean liberarse de su sufrimiento, buscan amistades para platicar y cuando estas les ofrecen un consejo genuino para que salgan adelante y se liberen de su situación de víctima reaccionan con enojo y se alejan, quien los escuchaba se transforma en un enemigo porque los cuestiona y les pide que dejen a su pareja o familiar que les hace daño, la supuesta amistad solo fue parte de la dinámica que engloba la violencia intrafamiliar, y ayudo a preservar el sistema disfuncional. Las adicciones favorecen las reuniones en lugares donde acuden personas que comparten el habito, y mientras se realizan los rituales alrededor de la adicción existe la ilusión de que ahí encontramos amistades muy especiales, porque comparten aparentemente las necesidades más profundas generadas por la adicción, se convierten en amigos para ir a tomar, a consumir alguna droga psicotrópica, acuden a apostar a los casinos, etc. Una vez que alguna de las partes aumenta o disminuye su necesidad adictiva y ya no se puede divertir con esta persona la amistad desaparece. También tenemos situaciones en donde se comparte algún deporte y se conocen muchos compañeros que comparten la afición, la mayoría de las veces la amistad queda únicamente al rededor del juego y una vez que termina el encuentro no se vuelven a comunicar, algunas personas al paso del tiempo logran que la amistad sea más profunda y en estos ambientes pueden surgir verdaderas amistades, sin embargo se requiere que los espacios se amplíen y los interesados compartan otras dimensiones de su vida personal, es decir que la motivación no sea simplemente jugar cierto deporte. Algunas personas comparten gustos por ciertas películas de cine, por el arte, por acudir a conciertos de música clásica, por participar en actividades académicas, o el aprendizaje de algún idioma o hobbies que de otra forma no podrían compartir y desarrollan amistades alrededor de estas actividades, muchas veces son superficiales y únicamente se mantienen alrededor de la actividad que los atrajo. Sin embargo pueden ser el inicio de algo más profundo y real como es una amistad verdadera.
Las necesidades laborales y la pertenencia cierta organización también motiva la relación de amistad entre las personas, claro que un compañero de trabajo que tiene medio de transporte o cierta habilidad que el otro no posee pueden motivar a la búsqueda de cercanía y será por conveniencia y no por amistad lo que los unirá. La posición económica o el dinero al pagar las cuentas al igual que el estatus son poderosos imanes para rodearse de compañeros deseosos de compartir esas amistades. Cuando no existe una amistad verdadera los intereses se limitan y no nos interesa el bienestar, la salud, el crecimiento, o la estabilidad del otro. Lo que podemos empezar a descubrir es que la amistad no es solo apreciar o aceptar una parte de el otro, una amistad verdadera implica aceptar al otro en todas sus dimensiones a lo largo de la vida y acompañarlo en forma incondicional, al descubrir esta experiencia podremos compartir lo más preciado lo más profundo que es la esencia y al recibirla nos transformaremos en parte del otro. Y solo así nace una verdadera amistad.