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Navidad , Tiempo de Conflictos Familiares

Para algunas personas, y no pocas, el 24 de Diciembre es el día mas temido, triste y difícil, y el seno familiar es el lugar para escenificar el conflicto.


“Se aproxima Navidad”, es el tiempo en que los adultos y los niños sienten la excitación de la época que se acerca. Para muchas personas, familias y parejas este tiempo de alegría, celebración , reuniones familiares y afecto puede terminar en una experiencia de desilusión, tristeza, soledad y distanciamiento, acompañado de grandes resentimientos hacia la familia política y la pareja, los hijos y la familia de origen.


El recordar momentos de nuestra infancia en donde experimentamos alrededor de estas épocas de navidad , de muchas maneras, de acuerdo a las tradiciones de nuestra familia de origen, la calidez, el afecto, la cercanía, la ternura y la materialización de algunas de nuestras mas grandes ilusiones, nos lleva a pensar el la posibilidad de proveer a nuestros hijos y familiares de una experiencia similar , la nostalgia de esas experiencias nos impulsa a querer revivir nuevamente aquellos preciados momentos. También podemos tomar la determinación de lograr crear un ambiente nuevo y maravilloso, una verdadera feliz navidad, como nos lo plantea la publicidad , los cuentos, las historias, las imágenes del pasado, tal vez distorsionadas por nuestras necesidades de afecto y de pertenencia. Lo especial es que deseamos trasmitir algo diferente y mejor a nuestros hijos. Y si por alguna razón esto no ocurre , tendremos una sensación interna de fracaso, de haber fallado y no ser felices en navidad. Imaginemos la carga social y afectiva que implica por todo lo que rodea a la navidad, para alguien que no es feliz precisamente en la navidad y lo que es peor, las ilusiones de una nueva oportunidad de recibir afecto y comprensión se alejan cada vez mas.



La navidad es una de las celebraciones mas importantes en nuestra región y forma parte de una tradición de la cultura occidental, la cual esta profundamente arraigada en nuestro ser, tanto en creyentes como no creyentes en la religión católica. Esta celebración esta considerada como un día especialmente dedicado a la unión familiar, a la alegría y el reencuentro. Con la celebración en el mundo cristiano del nacimiento de Jesús, se recuerdan situaciones comunes como el nacimiento, la familia, el aprecio por las oportunidades y se enfatiza la reflexión en nuestro estilo de vida, el dar y recibir como una posibilidad que nos ofrece la sociedad donde nos desenvolvemos. El perdón y la reconciliación, la soledad y las amistades, nuestra existencia y la calidad de esta, así como de quienes nos rodean y finalmente nuestra muerte. Es el final de un ciclo, y el inicio de otro, el año esta por terminar y el próximo se vislumbra cercano. Nuevos propósitos, renovadas ilusiones, esperanzas de mejoría en la salud, en lo económico, en lo personal, en lo laboral, nuevos proyectos y energía para planear, aunque sea solo una pequeña ilusión, todo esto nos alienta y mantiene la euforia a rededor de la celebración de Navidad y el año nuevo.

Existen otras vivencias, para muchos la Navidad dista de ser un día de armonía y felicidad, la solidaridad fraterna no aparecen por ningún lado, por el contrario la soledad, los problemas familiares, las envidias, los celos, los resentimientos y otros sentimientos negativos provocan una gran desilusión y sentimientos depresivos.

El encuentro con los familiares y amigos implica intimidad y todos tenemos nuestro limite interno de tolerancia a ella, estas fechas propician el pasar un poco mas de tiempo juntos o la exigencia social de visitar o saludar a alguien que en realidad no nos interesa.

Además las celebraciones generalmente activan algún grado de tensión mayor al tolerado, estas rompen el equilibrio y la rutina provocando estrés, el cual al ser expresado por los mecanismos individuales generan una gama muy amplia de conductas que van desde las adicciones, la violencia ,depresión, ansiedad, la conducta compulsiva de comer, comprar, o crear conflictos para terminar en el papel de victima o de ser el rechazado de la familia y terminar al lado del árbol de navidad llorando y lamentándose por la falta de atención por parte de los familiares. Cada persona tiene su propia familia, la que ha creado en su mapa mental interno y de la que se cree el centro, esto también trae sus implicaciones al reunirse y esperar que las cosas sean como fueron o deberían de ser, según esta persona y sus necesidades.


Estos personajes son objeto de muchas anécdotas y producciones literarias, incluso películas como “El Grinch”, donde las manifestaciones de enojo y amargura durante la Navidad del protagonista afectan a toda una comunidad.