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PAREJAS EN EL TRABAJO

En una sociedad donde, al menos, se pasan ocho horas del día en el centro laboral, a veces la tentación de fijarse en el compañero de escritorio no es tan fácil de evitar.

¿Cómo empieza la relación? Muchas son las formas en como una pareja se conoce y se une; las diferencias, las semejanzas, la proximidad, el trato continuo, el ser complementario, el trabajar en equipo, el tiempo excesivo que se pasa en una oficina, el tentar a lo prohibido, el hacerse el día más agradable, el completar lo que no se tiene en casa o con la pareja oficial, en fin, la gama es muy variada. Van del mutuo acuerdo, el convencimiento o hasta la presión hostigante del acoso en los casos más extremos y disfuncionales. En muchas ocasiones no se tienen contempladas las mismas expectativas de vivir juntos en pareja, pues bien podrían tratarse de relaciones más de conveniencia, lúdicas, pasionales o complementarias únicamente. Sin embargo, generan el mismo desgaste emocional que una relación fuera del contexto laboral.

La atracción en un plano inconsciente muchas veces se inicia sintiendo aversión o rechazo por la persona y posteriormente se le ve el lado positivo, y se inicia el juego de dominio – sumisión. Las parejas en el trabajo, pueden interferir con los objetivos de la empresa, por eso en algunas ocasiones desde la firma de la contratación se les hace ver esta restricción a los empleados, lo cual a veces funciona y en la mayoría de los casos no a pesar de los riesgos. Los afectos que llevan a las personas a relacionarse en el trabajo también son múltiples: soledad, ansias de poder, búsqueda de valorización, adicción sexual, o necesidad de protección.


Consecuencias positivas Claro que no siempre el amor en el centro laboral resulta negativo. En un tiempo en que éste es el eje central de la vida de millones de personas, hecho que se acrecentó en el siglo XX con la irrupción de las mujeres en todo tipo de actividades económicas, la oficina es el lugar privilegiado para la interrelación social. Ahí se forjan las amistades, las personas se desarrollan profesionalmente y, sobre todo, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España, se conocen las parejas. De acuerdo con un estudio que realizó ese centro para precisar el impacto de las relaciones laborales en el plano afectivo, el 13.3 por ciento de los encuestados dijo haber conocido a su pareja actual porque trabajaba o estudiaba en el mismo lugar. Entre los motivos que los encuestados dieron para haber comenzado una relación amorosa en la oficina, se encontraban la afinidad intelectual y el mismo interés laboral.


En la parte de lo positivo, motiva a las personas a no faltar, ser más creativo, eficiente, productivo, estar de mejor humor, hacer más llevadera la carga cuando se trata de trabajos rutinarios o cargados de mucho stress. En el caso de los empleados responsables, contagian a los demás de optimismo y ganas de vivir, viéndoseles en general de buen humor, ponen su granito de arena a fin de lograr los objetivos de la empresa. Colaboran a hacer un clima organizacional más positivo y pueden estar más satisfechos con su trabajo y por su puesto con su relación.

Los romances en la oficina, pasan por el enamoramiento común entre las relaciones de la vida cotidiana, al mismo tiempo por arriesgarse a tener intimidad dentro de las instalaciones, lo cual puede ir desde un simple roce de labios, un beso apasionado, hasta voltear de cabeza la oficina terminando en una relación sexual. Consecuencias negativas Si la situación que viven los miembros implicados es de conflicto, entonces la dinámica de la propia pareja, es capaz de influir de forma negativa no solo entre ellos mismos, sino entre los compañeros de trabajo, pudiendo llegar al terreno de la vida familiar de ambos, todo ello también en detrimento de la empresa. Si existe un beneficio abierto hacia alguna persona, no tardan en salir las murmuraciones, los rumores, los celos, la envidia, pudiendo llegar hasta el cambio de plaza o el cese del contrato por presiones externas o internas de los implicados u otros terceros. Si se trata de personas con cierto poder, pueden bloquear los procesos productivos de la pareja con tal de hacer sentir, su fuerza abierta o veladamente, por supuesto en detrimento de la empresa. Todo ello sin contar las diversas situaciones de acoso sexual u hostigamiento cuando alguien no quiere seguir una relación o desea abandonarla y por supuesto la otra persona se niega a dejarla en paz, dentro o fuera de la oficina. A pesar de las restricciones de algunas empresas para regular la sexualidad en el trabajo, las relaciones entre compañeros seguirán existiendo a pesar de las consecuencias que les genere. Sugerencias para el cambio: - Si se trata de una relación complementaria o una aventura, medir las consecuencias laborales o familiares que tendría el ser descubierto. - Analizar la historia personal, para decidir la continuidad de la relación y en su caso poder planear objetivos de pareja hacia delante de forma conjunta. - En caso de arriesgarse, actuar de forma discreta con el fin de evitar chismes o murmuraciones que desgasten la imagen de ambos. - Tener todas las precauciones posibles con el fin de evitar ser descubiertos "in fraganti", aunque algunas personas les gusta tentar el riesgo y el peligro el cual les genera un ingrediente de excitación adicional a la relación.

La dinámica de las parejas contiene un sinnúmero de historias, y en cada una de ellas encontramos los elementos para nuestra evolución personal. La vida nos permite aprender de cada relación humana y una de las que podemos adquirir mayor experiencia es nuestra pareja.

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